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La adaptación de un gato recién adoptado

13/04/2018

No podemos predecir cómo serán los primeros días de un gato adoptado, ya que cada gato es único. En general, a los gatos no les gustan los cambios y reaccionan extrañados y con miedo a ellos. Después de adoptar un gato es esperable que sea necesario un tiempo de adaptación: el nuevo miembro de la familia tiene que descubrir que cómo es su nueva familia y su nueva casa.

Hay unos cuantos factores que nos pueden guiar en cómo será esta adaptación, pero también puede ocurrir completamente diferente a lo que esperamos que ocurra. Por ejemplo, si adoptas un cachorro, es más probable que sea activo y extrovertido; si es un gato senior puedes esperar largas siestas y poca actividad y por lo tanto, una adaptación más lenta. Además, si en la protectora te hemos comentado cómo es su carácter, podrás adelantar si es tranquilo o muy sociable; pero puede ocurrir algo completamente diferente.

Un gato extrovertido puede asustarse al verse en una casa nueva, y un gato tímido puede enamorarse de ti en un momento.Cuando te enfrentes a esta situación, ante todo, debes tener paciencia. Tú, tu casa, tu familia, tus horarios y tus costumbres son nuevas para tu gato y debes darle un tiempo para acostumbrarse.

Para ir sobre seguro, ponte en el peor de los casos. Si el gato se adapta en unas pocas horas será fantástico, pero tener en cuenta que pueda estar asustado y que tardará unos pocos días en convertirse en un gato normal os ayudará a todos.

Lo mejor es ponerle las cosas lo más fáciles posible. Cuando llegue a casa, enséñale dónde están el arenero y el comedero. Mantenlos a la vista pero no en un lugar muy transitado: así no puede olvidarse de dónde están, pero tampoco se sentirá abrumado cuando tenga que usarlos. Si más adelante quieres cambiarlos de sitio, puedes hacerlo. Pero es importante que en sus primeros días sepa adónde acudir cuando tenga necesidades.

Haz lo mismo con el rascador: ten uno o más rascadores preparados para cuando necesite usarlos. Los gatos suelen querer rascar después de despertarse y después de comer: déjale uno cerca de donde suele dormir para que pueda usarlo al desperezarse.

Mantén la casa tranquila y déjale explorarla a gusto. Las visitas que quieran conocer al nuevo miembro de la familia pueden esperar unos pocos días y llegar cuando el gato ya sea él mismo. Evítale sobresaltos y agobios para hacerle la adaptación más fácil.

Es frecuente que algunos gatos recién adoptados se escondan durante las primeras horas o días en su nueva casa. Les suele gustar meterse detrás del sofá, debajo de alguna cama o detrás de un mueble. Si ocurre esto, no le obligues a salir. En cambio, tiéntalo para que lo haga él solo.

Dale espacio, no vayas a por él y déjale tiempo a solas y tranquilidad para que se atreva a salir poco a poco. Ten en cuenta que todo es nuevo para él: incluso la habitación en la que está.

Si fuerzas que salga a la habitación o a pasar tiempo contigo, el miedo que siente en su nueva situación solo se incrementará. Dejarle adaptarse a su ritmo es la mejor opción.

Déjale llevar la iniciativa. Cuando quiera explorar la casa, déjale a su aire. Si prefiere esconderse durante un rato, déjale que se reponga del susto y que salga cuando quiera. Esta parte de la adaptación es normal y es buena para la confianza que luego tenga contigo.

Ten especial cuidado con las ventanas abiertas, los balcones y las puertas. Tu gato todavía no tiene lazos contigo ni con la casa, ni mucho menos conoce la zona en la que vive. Pon mosquiteras o redes si es necesario tener las ventanas y puertas abiertas, pero no permitas que encuentre una huida. Podría escaparse y desaparecer para siempre.

Los primeros días de un gato en casa se equivocará: rascará donde no es, maullará a malas horas y probablemente rompa algún objeto que tengas por casa. Sin embargo, los gatos no entienden los castigos y no son una herramienta efectiva en su educación.

Así que la mejor manera de evitar accidentes en casa es adelantarte a ellos. Retira de encima de las mesas lo que se pueda caer y romper y ponle una funda al sofá, por ejemplo. Cuando el gato ya esté adaptado, puedes ir devolviendo los objetos a su lugar habitual y poniendo los comederos y areneros en otros lugares de la casa.

Las primeras experiencias que tenga el gato en tu casa y contigo van a marcar la relación que establezcáis. Quieres que tu gato confíe en ti y no tenga miedos: no le riñas, no le castigues y no le obligues a enfrentarse a algo que le da miedo.

Las normas pueden esperar y pueden cambiarse más adelante. Si tu gato confía en ti y os respetáis, va a ser más fácil cambiar las normas de la casa en un futuro: si empezáis vuestra relación a base de miedo y amenazas está abocada al fracaso.

Así que recuerda: dale espacio al animal que acaba de llegar a tu casa. Ponle las cosas lo más fáciles posibles; es posible que tenga miedo, pero es porque todavía no te conoce. Con paciencia, tranquilidad y empatía con su nueva situación pronto seréis la familia que deseáis ser.

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